Ecuador es famoso por su creciente inseguridad, y durante el mes de octubre los voluntarios pagaron desgraciadamente el precio…

Desde hace varios años, todos los voluntarios del servicio cívico que trabajan para Ecuasol viven en la misma casa del barrio de Roldos, cerca del centro de acogida de la fundación. Es un barrio con fama de difícil, pero tiene su encanto y permite a los voluntarios compartir la realidad de la gente que vive en los barrios pobres del norte de Quito. Hay una serie de reglas que respetar, como no salir después de cierta hora, fomentar las salidas en grupo y hacer obligatorio el uso de taxis o Uber. 

En octubre, un tiroteo en la calle principal de La Roldós provocó la muerte de una persona inocente en una farmacia local. En cuanto tuvo conocimiento de este trágico episodio, Impacto Internacional, en coordinación con la Embajada de Francia en Quito, decidió exfiltrar a los voluntarios. Los voluntarios abandonaron urgentemente su alojamiento.

Tras permanecer quince días en un alojamiento provisional, los voluntarios se han trasladado a una zona mucho más segura, a 20 minutos en autobús de la fundación, con un guardia a la entrada de la residencia y calles mejor transitadas. 

Ha sido toda una aventura, que seguro recordarán, reflejo de una realidad a veces difícil de imaginar, pero que sin embargo es la realidad cotidiana de las familias y los niños a los que ayudamos cada día en la fundación. 

Y la importancia de proporcionar un entorno sano y estable a unos niños que, por desgracia, están demasiado acostumbrados a este tipo de acontecimientos…